La crema de espinacas es una preparación vegana simple y deliciosa, ideal para llenarse de clorofila y minerales de manera suave. Esta receta reinventa la manera en que se pueden consumir las espinacas: crudas, vivas, nutritivas y refrescantes.
En pocos minutos, obtienes una textura aterciopelada, un sabor vegetal fresco que recuerda al del guisante, y una sensación de ligereza inmediata.
¿Por qué elegir las espinacas?
Las espinacas son uno de los vegetales de hoja más ricos en hierro, magnesio, potasio y antioxidantes. Su color verde intenso es testimonio de un contenido excepcional de clorofila, este pigmento vegetal que ayuda a oxigenar la sangre, purificar el organismo y apoyar al hígado en sus funciones de desintoxicación.
- Vitaminas: A, C, E y K, pero también del grupo B.
- Minerales: hierro, calcio, magnesio, potasio.
- Proteínas vegetales: aproximadamente 3 g por cada 100 g de hojas crudas.
- Aminoácidos esenciales: aunque modestos, contribuyen al equilibrio del metabolismo.
Consejo: prioriza las hojas jóvenes de espinacas, más tiernas, más digestivas y perfectas para recetas crudas.
Una crema viva rica en grasas buenas
El aguacate, ingrediente estrella de esta receta, aporta la textura suave y cremosa sin ninguna cocción.
Sus grasas monoinsaturadas favorecen la saciedad y la salud cardiovascular.
En combinación con las espinacas, permite una mejor asimilación de las vitaminas liposolubles (A, D, E y K).
El aguacate también actúa como un equilibrante del sabor: suaviza el ligero amargor de la hoja verde y ofrece una sensación de confort inmediato en la boca.
El limón, activador de vitalidad
El limón aquí es más que un simple condimento. Activa las enzimas digestivas, estimula el hígado y preserva el color vivo de las espinacas gracias a su acidez natural.
Rico en vitamina C, favorece la absorción del hierro vegetal y refresca la receta.
Consejo: elige un limón orgánico y retira solo la piel amarilla, conservando la parte blanca para suavizar la acidez y beneficiarte de sus flavonoides.
La manzana verde: toque afrutado y alcalinizante
La manzana, por su parte, aporta una nota dulce y crujiente. Su sabor ligeramente ácido recuerda a los guisantes frescos, lo que hace que la crema sea sorprendentemente adictiva.
Rica en fibras solubles (pectina), favorece la saciedad y el buen equilibrio intestinal.
También ayuda a alcalinizar el organismo, equilibrando la ligera acidez del limón.
El ajo de oso (opcional, pero mágico)
El ajo de oso es una planta silvestre primaveral con propiedades purificantes y tonificantes. Su sabor es más suave que el ajo tradicional y complementa perfectamente el sabor verde de la espinaca.
Apoya:
- la desintoxicación del hígado y los riñones,
- la regulación del colesterol,
- la vitalidad general gracias a sus compuestos sulfurosos.
En invierno, puedes reemplazarlo por un poco de cebolla verde, cebollino o una pizca de espirulina para reforzar el aporte de clorofila.
Los condimentos: la expresión de tu creatividad
Añade según tus deseos:
- sal marina no refinada o sal rosa para los minerales,
- pimienta negra para activar la asimilación de nutrientes,
- cúrcuma, jengibre fresco o comino para calentar y estimular la digestión.
También puedes realzar la crema con un chorro de aceite de oliva, algunas semillas de cáñamo, o una cucharada de puré de almendra para hacer una comida completa.
Receta de la crema de espinacas (para 2 personas)
Ingredientes
- 100 g de hojas de espinacas frescas
- ½ aguacate maduro
- ¼ de limón pelado
- 1 manzana verde (tipo Granny Smith)
- 300 ml de agua pura
- 1 c. de sopa de ajo de oso (opcional)
- Condimentos al gusto
Preparación
- Lava cuidadosamente las espinacas y la manzana.
- Corta la manzana y el limón en trozos.
- Coloca todos los ingredientes en tu licuadora.
- Mezcla hasta obtener una textura suave y cremosa.
- Prueba y ajusta el condimento según tu gusto.
Tiempo total: 5 minutos
Dificultad: ultra-fácil
Índice de vitalidad: 9/10
Variantes e ideas deliciosas
- Crema detox: añade una cucharada de jugo de hierba de cebada o polvo de clorela.
- Versión gourmet: añade algunas nueces de anacardo remojadas o leche de coco para más suavidad.
- Crema helada verde: mantén la preparación en frío 2 horas antes de servir, para un efecto de “smoothie bowl”.
- Sopa tibia: mezcla con un poco de agua caliente (no hirviendo) para una reconfortante crema de invierno.
Los beneficios de esta crema en tu organismo
Esta preparación viva nutre tanto el cuerpo como el espíritu:
- Rehidrata las células gracias a su riqueza en agua y potasio.
- Desintoxica suavemente sin agredir el sistema digestivo.
- Calma las inflamaciones gracias a los antioxidantes de las espinacas y el aguacate.
- Favorece la claridad mental: las verduras favorecen la concentración y la relajación nerviosa.
Es una receta ideal para las transiciones de estación, especialmente en primavera o después de un período de excesos.
Consejos de presentación
Sirve tu crema en un bol o un pequeño vaso transparente para resaltar su color brillante. Puedes decorar con:
- pétalos de flores comestibles (capuchina, pensamiento, borraja),
- algunas semillas germinadas,
- o un chorrito de aceite de oliva de primera presión en frío.
Este toque visual transforma una simple crema verde en una experiencia sensorial completa.
Una receta símbolo de vitalidad
La crema de espinacas ilustra perfectamente la filosofía de la alimentación viva:
preservar la vitalidad de los alimentos, respetar los ciclos naturales y reencontrar una cocina intuitiva, vibrante y conectada con la naturaleza.
Al degustar esta crema, nutres tu cuerpo, pero también tu perspectiva sobre lo que significa “comer vivo”:
Conectarse con la Tierra, la luz, y la simple alegría de una comida cruda, colorida y completa.



